El avión de Nicolás Maduro fue retenido y confiscado en República Dominicana por Estados Unidos con apoyo de las autoridades criollas, como castigo contra el presidente de Venezuela por el fraude que perpetró en las elecciones.
La aeronave, un Dassault Falcon 900EX, estaba desde mayo en el aeropuerto El Higüero, donde el Gobierno estadounidense le echó manos y la envió a Florida. El Gobierno estadounidense sancionó también a colaboradores de Maduro.
Según Washington, el avión de Maduro fue comprado «ilegalmente» por unos 13 millones de dólares «a través de una empresa fantasma y sacado de contrabando desde los Estados Unidos para su uso por parte de Maduro y cómplices».
A fines de 2022 y 2023, unos socios de Maduro adquirieron la aeronave usando para ello una empresa fantasma ubicada en el sur de Florida.