La inmigración haitiana está desbordando al país, y su presencia se encuentra en cada rincón llenando los barrios y las comunidades, ante las mismas narices de las autoridades. Esta es la opinión bien fundamentada del expresidenciable Abel Martínez, un hombre que se ha destacado por su nacionalismo a ultranza.
Para él, «la República Dominicana se enfrenta a una crisis migratoria sin precedentes, debido a la presencia masiva e ilegal de ciudadanos haitianos». Tras decir esto, observa que el «flujo descontrolado de inmigrantes haitianos ha desencadenado una serie de problemas que amenazan la estabilidad de la nación», y esta situación supera ya «todos los límites tolerables» y ha llevado al derrumbe de los servicios básicos del país», en detrimento de los sectores nacionales.
Martínez ha ratificado su nacionalismo en un comunicado en el que, además, vituperó a las «mafias que operan en la frontera» y que facilitan la penetración copiosa de haitianos indocumentados. Esto, unido al despacho de visas en forma indiscriminada, han disparado la crisis migratoria.