El asesino de Yuniol Ramírez vuelve a sonar. Esta vez, en su celda Argenis Contreras, condenado a 20 años de prisión por el crimen, trató de arrancarse la vida -acaso mordido por la conciencia. Se tragó un pelotón de pastillas para morir de sobredosis, y también bebió insecticida.
No pudo consumar sus propósitos suicidas. Lo atendieron a tiempo para evitar lo peor. Fue hospitalizado y ya está fuera de peligro. Se salvó de milagro. Argenis tiene muchas cosas que contar, y trataron quizás de que se las lleve a la tumba. ¿Intento de suicidio o de asesinato?
Esa intentona autodestructiva, ocurrida en la noche del sábado, ha desatado un avispero de preguntas. ¿Cómo pudo conseguir el herbicida? ¿Quién se lo suministró? ¿Acaso trataron de eliminarlo en la cárcel para que no hable?
En todo caso, las autoridades carcelarias le brindarán una urgente asistencia psicológica. Lo necesita para no volverlo a intentar.