El famoso pandillero haitiano Barbecue se siente cada vez más acorralado y no es para menos. Las fuerzas militares oficiales le están pisando los talones atacándolo sin piedad. De hecho, en los últimos días el bandolero ha perdido grandes recursos y pertrechos logísticos, recortando así su feudo de Puerto Príncipe. Barbecue ha prometido sangre en su ofensiva final.
Es una guerra sin cuartel: hay muertos y enfrentamientos todos los días, ante la embestida feroz del Gobierno y las fuerzas de ocupación.
La vida ha sido una parálisis. Las actividades económicas y sociales están frisadas por el fuego cruzado entre las partes.