Los diputados del PRM se plantaron en 20 la cantidad de escaños que se van a eliminar en la Cámara Baja, y le torcieron el pulso al Gobierno y a su propio partido. Así que de 53 bajarán a 20, una diferencia de 33 menos de lo que quería el presidente Abinader.
El mandatario no tendrá más remedio que acatar esa posición firme de sus diputados, y deberá conformarse con una derrota que no tiene retroceso.
A fin de cuentas, son los legisladores -y sobre todo los diputados- quienes tocarán la Constitución para meter las reformas planteadas, y ellos son los principales sacrificados con el recorte de escaños.